Me voy de viaje a Uruguay. Estaré en Montevideo, llegaré hasta el Océano Atlántico cuando se vuelve temerario a la altura del Cabo Polonio y cruzaré el Río de la Plata para visitar a una dama peligrosa, Buenos Aires. Comeré carne y ensaldas como siempre pero también iré atenta a toda la movida que va creciendo y consolidándose entorno al vino y la gastronomía.
Pero no solo yo estaré de viaje estos días. Con el año se abrió la temporada de ferias y todos vamos moviéndonos de un lado para el otro llevando y trayendo novedad, haciendo amigos y concretando negocios. Me gusta la idea de ir a mi tierra y estar con aquella parte de mi familia; pero les mentiría si no les dijera que añoraré estar haciendo la gitana del vino.
Marzo encontrará la fuerza de la primavera y nos regalará encuentros muy lindos, cálidos, festivos y ya me gustaría que en última instancia siempre fueran de negocio. Porque hay que mover las aguas y esto está en nuestras manos.
Es probable que en las próximas tres semanas este blog se convierta más en fotolog. Acercaré las imágenes y los rostros de la gente y las tierras de los vinos del sur. Ojalá les guste.
Brindo por todos los viajes; brindo por el viaje permanente que nos hace mejores personas, abiertos porque vamos conociendo y tomando cada vez más noción de “el otro”. Brindo porque desde el mundo del vino estemos contribuyendo fuertemente a que este mundito en el que nos movemos sea más tolerante. Si no, no hay vino que valga.
Salut amigos. Nos reencontramos desde el sur:)
Pues a disfrutar mucho y que se te de bien, espero noticias
Hola Malena,
Lo que hubiera dado por colarme en tu equipaje y así poder disfrutar de esas maravillosas tierras.
Un espumoso de Juanicó. Sauvignon blanc o Torrontes y Tannat de Bouza, o Malbec.
Ya nos iras contando si hay algo Bio.
Pásalo grande.
Salut
Casualmente este fin de semana he descorchado una botella de un Torrontés de la Patagonia argentina 🙂
Buen viaje, Malena. Buenos Aires sigue en mi agenda (he estado a punto de intentar ir este año…)
Saludos.
Cuanto disfruté en Playa Pocitos, bebiendo mate, leyendo a Saramago y observando un rio con vocación de mar!.
Muchos besitos a mi Montevideo querido!
salut!
El sur, siempre el sur. Dale un gran abrazo a ese bigotudo irrecuperable.
Y ya no digo más que me emociono.
Te espero a la vuelta.
Salud y buen vino del sur.