Podría conquistar el mundo armada con un bandoneón y un tannat

Montevideo estaba desierta. Era carnaval y aunque las cosas no están para despilfarros las personas dispararon en busca del mar. Por suerte el clima había cambiado y se podía respirar. Corría un brisa fresca  que me dejaba caminar en busca del reconocimiento morboso de una ciudad que dejé hace diez años cuando ni las milongas […]