Apuntes de fin de semana que cabrían en una etiqueta

tiendas y etiquetas

El verano termina inevitable pero seguimos encontrándonos con los amigos para aprovechar al máximo las terrazas de nuestras casas, el buen tiempo, las horas de luz y un sentir la vida todavía más distendida. A medida que nos pasa el tiempo vital, es decir que maduramos, nuestros sentidos aprenden a reconocer lo complejo y lo sereno y también las limitaciones del bolsillo, hacemos de nuestras terrazas lo mejor de lo mejor. Sobre todo cuando a todos nos gusta cocinar y beber bien.

Nos encontramos en casa con amigos. Fue de sorpresa, así que tiramos del jamón con D.O., los quesos artesanos de Montserrat, un Idiazábal que a mi me pirra y otro semicurado de cabra de Mahón, aceitunas verdes y negras (a mi no me gustan con cosas adentro y me gustan más bien amargas), buen pan de la panadería del Veritas y vino. ¿Qué vino?

Eran las 7 y media de la tarde y como vivimos en Ciutat Vella nuestra alternativa estaba clara, Vila Viniteca.
Nunca voy relajada. Pero el otro día aclaré la voz y los pensamientos y pude decir fuerte y claro lo que quería: “busco vinos que no tengan intervención química en su proceso de creación, desde la planta a la bodega, que no pasen de los 15 euros. En este caso tienen que ser tintos”.

Creo que si hubiera hablado en chino mandarín la cara de sorpresa no era mayor.

Primero escuché lo que me proponían. No gracias. Luego fui conduciendo a mi vendedor por los estantes de su tienda hasta que logré venderme el vino que más o menos buscaba. Pero no descubrí nada, ni siquiera logré tener una conversación al respecto. Es probable que también un cliente decidido pueda intimidar a un vendedor. Pero esto no es sólo asunto de una tienda.

Hay todo un debate a nivel internacional sobre si se debe aclarar los procesos del vino tanto en las etiquetas como en las tiendas. Lo que más hemos leído es que no. El potencial cliente se sentiría más bien amenazado por esa información. O no la cree o no la necesita. Inclusive muchos de los productores de estos vinos pasan de poner etiquetas o sellos alegando motivos de que hacen las cosas como toda la vida y no hay nada que aclarar.

¿Me permiten discrepar?

La etiqueta es un gran orientador del consumidor. También del amante del vino, tanto el avezado como el que va entrando en materia. Yo se qué es lo que necesito saber de un vino para orientarme; cuál es la información que me ayuda a hacerme una composición de lugar, además del imprescindible vendedor:
– el tipo de agricultura que se practica
– cómo se trabaja en bodega
– la añada
– las variedades utilizadas
– la zona geográfica o D.O.
– cuántas botellas se hacen de ese vino
– quién lo hace
– que me seduzca

No pido tanto. Se puede aclarar todo esto en una etiqueta y profundizar en una web.
Y quiero que la tienda me oriente y me aclare de todos los vinos que vende, cuáles son hechos así.
Aunque se haya hablado tanto de estas cosas y se siga haciendo, la resolución práctica está lejos de acercarse a algo facilitador al consumidor interesado y al que tenga una predisposición a curiosear y el que quiera tomar vino pero no químicos, porque ya tiene esta práctica con el resto de su alimentación, cuando no de su vida. Hay grados, como en todo.

Caminando el sábado por Barceloneta, entramos en una tienda que abrió hace dos años. Le soltamos el mismo discurso que en Vila Viniteca, pero esta vez queríamos vino blanco. Al chico que nos atendía y dueño de la tienda, enseguida le brillaron los ojos. No porque tuviera una oferta clara en este sentido, sino porque, nos dijo, en los últimos meses la demanda de “vino ecológico” creció de manera brutal. Antes la gente entraba y apenas preguntaba. Ahora entran, piden marcas, y demandan específicamente vino de estas características.
¿Será que algo está cambiando en el público consumidor de vino?

Yo soy de las que cree que hay que aclarar y crear una oferta que como tal no existe consolidada aun en el mercado. Ni en tienda ni mucho menos en restauración. Y esto requiere una actitud innovadora, un sentido del riesgo y una voluntad de predicar una cultura del vino que trascienda lo estrictamente económico. Y ya no esperar a que lo haga otro.
Ya hablábamos de estas cosas en el post anterior.

Salut!

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11 comentarios

  1. querida amiga:
    lo que ahora se llama trazabilidad de los alimentos, es decir saber qué como o que bebo y de dónde viene cada cosa, pero de dónde viene en serio, por ahí es el inicio de una nueva forma de pensar y actuar. Y de dónde viene algo quiere decir finalmente saber quién se hace cargo de lo que me vende un pibe que no entiende nada.
    Por ahí esto no tiene nada de nuevo ya que hace unos cuantos años en buena parte de los alimentos nos era posible averiguar sin mucha investigación de que se trataba y de dónde venían. Pienso en los pollos vivos de la feria, las verduras de granjas cercanas a montevideo vendidas por el verdulero de toda la vida, los quesos que semanalmente traía el quesero desde Colonia y sigue la larga lista. Del vino ni hablo porque era una porquería aunque también fácil de rastrear.
    Lo que estaría bueno es que en otros órdenes, como por ejemplo la actividad pública, los funcionarios hicieran lo mismo y nos contaran la verdad de la milanesa.
    Me encantaría que los personajes públicos tuvieran una etiqueta con información detallada que diga lo que pedís para un vino.
    La ilusión es que se empieza por el principio, lo que uno mete dentro de su cuerpo, y esperemos que se siga luego con todo, porque de químicos tóxicos ya estamos hasta el gorro

  2. También tenés razón.
    Pero viste que lo mío se fue alejando de la comunicación pública institucional. Realmente no hay plata que pague ese calvario.
    Tenemos que elegir querido amigo. Y si tomamos la pastilla roja estem fututs!
    ¿Vos creés que el ciudadano de a pie querría saber todo del funcionario?
    ¿Cómo seguiría esa película?
    Salut con buen vino querido y hasta pronto;-)

  3. Sabias que el vino es el único alimento que no tiene que llevar en el etiquetado que se le ha añadido y como se ha elaborado.

    Sabias que los vinos españoles que no están adscritos a una DO. VT….. ,aquellos que se etiquetan como vinos de mesa, no tienen permitido llevar variedades, procedencia… en la etiqueta.

    Sabías que…. mejor no saber más por hoy.

    Salud

  4. Sabía que es un lío todo esto y que mira por donde lo que trae a cuento Paschal con lo de la política y los funcionarios termina por cruzarse de manera inocente y elocuente.
    Tendría que buscar esos reglamentos y leérmelos antes de seguir pensando por mi propia cuenta que después me va como me va.
    Pero ahora despertaste mi curiosidad ¿por qué no pueden decir todas esas cosas los vinos que no tienen D.O.?
    salut

  5. Hola,
    Volvemos al laboro.
    El tema que tratas hoy tiene dos opciones: a) Aplicarle una etiqueta inteligente. b) Que la persona que te vende el vino te ofrezca la información que se supone debe dominar.
    Pero bueno, pienso que hay mejores soluciones: a) Acudir a una tienda donde tengan más sensibilidad y donde brillen los ojos. b) Ir a tiro fijo que no falla. Léase pasar por el Celler de la Boquearía.
    Poner etiquetas a algunos de lo que tú llamas “vino” significaría que no los comprarías.
    Ej: Nuestras bayas han sido tratadas con todo tipo de herbicidas; fungicidas e insecticidas, para que no sean atacadas por la naturaleza. Se recoge todo y en grandes contenedores para, abaratar costes innecesarios.
    Aplicamos control de temperatura para, que las pieles no sufran estrés. Pensando en nuestros queridos clientes, empleamos micro placas de frío; filtros de 0,02 micras (no sea que le siente mal alguna levadura), añadimos tartárico en dosis necesarias, etc, etc…
    Estamos seguros que un producto tan aséptico le producirá adicción.
    Participe en nuestra campaña de promoción.

    Los tiempos están cambiando y el cliente cada día más informado, decide.
    No estamos locos y …….

    1. Querido Bentley, antes que nada me alegra tanto tenerte de nuevo por esta casa! Ya te extrañaba mucho;-)
      ¿Por qué no te escuchan ni a ti ni a nosotros con el tema de las etiquetas inteligentes?
      Te refieres a agregar códigos QR por ejemplo que relacionados a una web te den en un solo click toda la información que necesitas. Aunque es una tecnología que necesita tiempo de uso en estos mercados es súper interesante. Nosotros desde somosene lo aplicamos en un sólo vino. Pasado el tiempo y la reflexión es evidente que para productos agrupados según una subcategoría como por ejemplo vino artesano o vino natural es ideal. Pero eso implica trabajo coordinado y una inversión de recursos que las bodegas en su gran mayoría no están dispuestas a realizar.
      En este sentido creo que los productores todavía piensan que pueden sacar sólos las etiquetas y las webs y a las pruebas me remito aunque las opiniones estéticas son como la naríz, cada uno tiene la que tiene. Un día de estos voy a hacer un vino y que caray! que venga alguien a decir que no es genial. Siempre tendré una panda de amigos que me festejarán la gracia.

      Por otro lado es importante saberse estas legislaciones, cosa que uno hace cuando tiene que ponerse en materia. Es evidente que toda regulación tiende a cortar alas y que las D.O. deberían sentir que tienen un mundo de desafíos por delante y que hace falta cambiar y mucho.
      No se en qué está cada una. Lo que si sé es que en general son centros de poder con altos grados de conflictividad.

      Seguimos y un abrazo. Ya no te nos pierdas 🙂

  6. La interpretación de las etiquetas es todo una ciencia, cada país se rige por un reglamento distinto, así lo mejor es caer o en manos de un buen profesional o documentarnos en casa e ir a comprar con la chuleta en el bolsillo.

    Un abrazo.

    1. Lo que va pasando con estas cosas es que el exceso regulador se aleja del interés general. Y las etiquetas se transforman en unos masacotes insoportables que protegen no se qué pero no el derecho a la información del consumidor.
      Salute

  7. Hola Malena,

    Vilaviniteca no cambiará su forma de vender vinos porque ya le va bien. Posiblemente no se plantee ni tan siquiera un enfoque comercial o de cara a público distinto, que suponga acercarse a una sensibilidad determinada por el producto como unidad de coherencia. Estaremos de acuerdo en que cuando hablamos de Vila también hablamos de muchos otros comercios con un planteamiento determinado que todos reconoceríamos pero quizás no compartiríamos. Al contrario: la tendencia de una tienda de estas dimensiones es ir hacia un crecimiento que por fuerza conlleva que el del mostrador acabe siendo alguien que no tiene mucha idea de lo que vende. Las causas son muchas y no viene al caso hablar de ellas ahora, pero las consecuencias para los compradores/clientes son las que comentas, y no son la mejor opción que tenemos.

    A lo que voy: eso nos deja mucho espacio, no marginal pero si lateral, que puede y debe ser trabajado por amantes del vino y profesionales. Hay tanto mundo y tanto vino más allá de esos grandes centros de venta… empecemos ya a hacer llegar esos vinos fantásticos ACOMPAÑADOS DE LA INFORMACIÓN CLARA Y PRECISA a los miles de personas deseosas de saber qué diablos se están metiendo en el cuerpo.

  8. Hola compañeros.
    Me acojo al comentario de Bentley, tanto en la a) como en la b), es decir, en primer lugar un pais que se jacta de ser el 3º en el mundo en producción de vino (y si hablamos de calidad deberia ir en segundo lugar) y de invertir en I+D, deberian imponerse las etiquetas inteligentes, así sin más, y se acabaria con las dudas por un lado, y con la guerra de que botellas contienen qué información y qué otras contienen cual. Es cierto que hay una regulación sobre el etiquetaje en el vino de mesa corriente y el resto, y también que la etiqueta inteligente supone una inversión en recursos que quizás haya bodegas que deberian restarlos de otro lado para su inversión, pero en una cuestión de mercado de tanto volumen y tan importante, pues no olvidemos que hay bodegas que venden gran parte de su producción a los americanos, por ejemplo, ¿no deberia formar parte de un proyecto llevado a cabo por Ley? Lo que si es cierto es que hay botellas que no deberian estar en el estante porque su poca información, por no decir su casi nulo etiquetaje (un diseño de etiqueta que te caes de espaldas, eso si, pero nada mas) las hacen invendibles. Y en segundo lugar, toda la razón en cuanto a que el vendedor deberia no solo ser un entendido, sino un asesor y capaz de completar la información que nos falta sobre el terroir, su producción, métodos, época de la vendimia, etc de una botella concreta.
    No sabeis lo que llego a aprender en estos foros. Felicidades.

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