Siento una sensación indescriptible al salir a la ruta a la búsqueda de productores de vino natural. Es una cacería en donde no hay nada cierto. Ningún château grandilocuente aparecerá en nuestro horizonte y la probabilidad de estar jugando a las escondidas durante un buen rato es elevada. Fantástico. Porque esta búsqueda habilita perderse por unos caminos y encontrar otros. Una de nuestras cacerías del tesoro tenía por objetivo a Lous Grezes y realmente nos trajo de cabeza. Lo buscamos por cielo, pueblo, pueblito y tierras secas y calientes como sólo agosto sabe regalar. Los viñedos todos estaban rebosantes casi a punto. Sensuales como Sofía Loren, Silvana Mangano o Stefanía Sandrelli. No importaba que nos perdiésemos. Yo me perdí entre esos viñedos como el hombre menguante de Pedro Almodóvar. Por las dudas o por instinto habíamos comprado un ejemplar de Château Chapeau porque algo nos hacía presentir que aquel encuentro podría no suceder. A veces tanto calor despista y al no dar con el 950 de la Route des deux village en Ribaute-les-tavernes, nos refugiamos a la sombra de los árboles en una corriente de agua muy potente que refrescaba de solo oírla. Ese fue el día del Château Chapeau con los quesos casersos, el pan francés, los patés, los melones recién arrancados y unos higos que nos regaló la higuera generosa también con su sombra.

Château Chapeau de cabezaPicnic en el ríoDetalle de Château Chapeau

Para la siguiente parada había gran expectativa. Mas Coutelou de Jean François Coutelou porque allí se hace Roberta, una creación de Benoît Valée durante su paso por esta bodega, un vino muy raro, de los que te enamoras o no, de los que alguien puede dudar si realmente es vino pero luego se rinde ante la más seductora e irresistible evidencia, ¡es un vino muy Roberta!
Nuestra segunda parada en esta cacería fue más exitosa en el sentido que descubrimos la casa en un pueblo desierto de calor y sol y asfalto. Puimisson. ¿Quién podría estar esperando visitas un domingo de tórrido verano pudiendo estar durmiendo la siesta o bañándose en el río? La respuesta correcta es nadie. Así que nos quedamos con la foto como prueba del descubrimiento y con las ganas de Roberta in situ. Pero esto tiene solución porque puedo ir a buscarla a L’Ánima del vi.
Coutelou no está

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2 comentarios

  1. No es una loca idea seguir esa ruta de los vinos naturales, más aún cuando viene acompañada de esa mística tan impregnante como el verano y ese menú tan sencillo como eficaz. ¡Qué buenas noticias! Aquí transcurre el invierno con Sta. Rosa que ha sido dadivosa en materia de vientos y lluvias, no nos ha castigado como otrora. Viene la “bajada” del frío rumbo a la “primavera/verano”. Ya se siente el olor a las plantas brotando.
    Salud y Buen Vino…natural claro!
    Ricardo

  2. solo acabo de leer su mensaje… me habria gustado acoger udes en mi bodega pero… horario de sista es algo importante.
    La proxima vez, es preferable telefonar.
    hasta la proxima

    jfc

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