Cada vez creo más en Internet me dijo Fermín aka Bentley a poco rato de conocernos. El encuentro fue en La Polenta con la excusa del 3D para en realidad compartir una muy buena mesa. Bentley nos agasajó con un vino gallego D.O. Monterrei y Bernardo acompañó los segundos con el navarro Javier Asensio. Las empanadas criollas, el bife con chimichurri y diferentes menjunjes con ducle de leche sellaron el acontecimiento.

con Bentley en La Polenta de Barcelona
con Bentley en La Polenta de Barcelona

Fermín estaba en Barcelona visitando a los viejos y nuevos amigos y fue un gustazo acompañarlo a él y a Juan Carlos de recorrida por estas calles de mi amargura. Fue excelente porque por un ratito pude hacer de guía por la ciudad, recorriéndola y mostrándola con sincera emoción. Cuántas veces anduve contando la bajada de Santa Eulalia (los clavos como cuchillos afilados me duelen cada vez), cuántas veces pasé por el Anduriña (golondrina de mis amores), La Palma (un dejo de exquisita parquedad), y los recovecos del Borne. La terraza del Hotel San Felip Neri en la plaza homónima estaba divina perfumada por los aromas que vuelan leves desde la tienda de jabones que hay en la esquina de enfrente. Si la fuente hubiera estado encendida su sonido habría agregado calma a la calma y frescura a una brisa muy de agradecer.

Mientras deambulamos por la ciudad conversamos de todo. Fermín aka Bentley es un apasionado de su profesión de sommelier y un conocedor de la condición humana; eso es lo que pasa cuando te entregas al trabajo con público y conoces cada rincón material y espiritual a cada lado de la barra. Terminas por saber qué están pensando tus clientes antes que ellos. Hicimos una recorrida por el mapa de los vinos españoles, las realidades de las diferentes de D.O. La importancia de la promoción del vino y lo que falta por recorrer en España; la idiosincracia de los productores y cómo hacer para tender los puentes de conversación. La caminata nos llevó por el Celler de la Boquería en donde la charla con Cesc y Juanjo es imparable. Que qué piensas del pinotage de Sud África, que cual es el cava fresco con los aires de manzana y pera que te alivia el verano y alegra el espíritu. La constatación que hay tantas referencias de vino que aún a un profesional metido en esto cien por cien se le escapan miles.

Seguimos la ruta para tomar algo fresco y llegamos al Boadas. No faltaba nadie, es una película este lugar que se mantiene intacto y frágil. ¿Hasta cuándo resistirá? Un gin tónic, un mojito y una copa de cava y el murmullo que se volvía ruido así que seguimos la marcha. Atravesamos la ciudad y llegamos a La Palma un clásico de la calidad y el humor seco en el ala derecha de Santa María del Mar. A falta de cerveza más cava, en silencio y con bastante calor. La recta final recorrió Argentería cuesta arriba, atravesó la Plaça Sant Jaume y dejó a una parte del pelotón en el Orio ex VILDSVIN de la calle Ferrán, un local grande y bien acondicionado, demasado guiri para mi gusto. Nos despedimos hasta Madrid y yo seguí a casa en donde Claudio me esperaba junto con la tripulación al completo del Battlestar Gallactica.
Cuánta razón tiene Fermín aka Bentley, cada vez creo más en Internet.

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