Podría escribir la historia de mi vida siguiendo, por ejemplo, una cronología deportiva; concretamente una de fútbol. Nací en el 67′ y ya en el 71′ estaba celebrando la victoria del club de mis amores, el glorioso Club Nacional de Fútbol, que había ganado todo incluída la Copa Libertadores de América, como la Champions de América del Sur. Me acuerdo tanto que sé que me preocupaba que mi padre con el coche se pasara al otro lado de la Avenida 18 de julio en donde festejábamos. Pasaron los años y mi club siguió ganando torneos, pero vuelvo a recordar aquel 6 de agosto de 1981 en que mi padre nos llevó a mi hermano y a mi al último anillo de la tribuna América en el Estadio Centenario. Allí asistimos, casi sin aliento, al triúnfo impepinable de Nacional sobre el Inter de Porto Alegre. Estábamos allí, de costadito, viendo todo. Eran dos equipos buenísimos, de verdad. Tengo el registro en mi memoria de aquel centro que levantó el Cascarilla Morales que Victorino, pescador, aprovechó para rematar de cabeza y regalarnos el gol de la victoria. Para llegar a aquella final tuvimos que pasar momentos muy difíciles. Aquel partido contra el Olimpia de Paraguay en que De la Peña de bolea convierte y nos da el paso a la final, si la memoria no me traiciona. Y también me acuerdo de mi hermano abrazado al transistor porque teníamos que hacer aquel gol al Inter en Porto Alegre y no venía y no venía, hasta que casi simultáneamente mi abuela le dijo Martín mientras hay vida hay esperanza y Luzardo la clavó en el rincón de las arañas.
Una vez, cuando recién comencé este blog, hace algo menos de un año, uno de los nuevos amigos me preguntó, Malena cuándo empezó tu historia con el vino. Y yo le dije que desde los candiales que nos batía mi padre con unas gotitas de garnacha.
Siempre pensé que tenía que haber un lugar para el vino en el fútbol. Porque ambos tienen un lugar entrañable en mi vida y estoy segura que en la de muchos amantes del vino.
Hoy siguiendo una de mis liturgias matinales escuchaba la radio. Y el comentario de José Ramón de la Morena en la Cadena Ser estaba auspiciado por vinos de Rioja. Notable.
Salut y gol
Malena, siempre tricolor;)

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3 comentarios

  1. es verdad, cómo te acordás!!!

    además recuerdo que salimos desde lo de los abuelos, en cnel alegre, ya que era el cumple de la abuela

    me acuerdo también que estaba muy preocupado ya que ese día se me vencían las vacunas, a las cuales les tenía terror

    después del partido nos fuimos a 18, es verdad

    luego en el 88, otra vez campeones, tengo unas fotos de diario en las que aparecemos en portada de últimas noticias creo con fernanda y otro amigo, en la cual dice: “pillaje y bandalismo en los festejos” (es de tapa)

    pero qué lindos recuerdos!!!

  2. El Vino nos une y Nacional también. Como nací en el ’59 he tenido la fortuna de verlo muchas veces ganador. Así como el vino nos ha comunicado desde la historia, lo hace a través del fútbol también, y nada menos.
    Malena, si la memoria no me falla el centro fue de “Chico” Moreira…después el delirio.
    Un abrazo

  3. Yo siempre he disfrutado del fútbol con cerveza bien fría, pero estoy de acuerdo, hay que hacerle un sitio al vino.
    Saludos y felicidades por el blog.

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