liwf2009Desde la feria de vino de Londres a las fiestas de Santa Rita en Mota del Cuervo pleno corazón de La Mancha, desde los productores más hippies hasta los blogueros de vino más connotados, la pregunta es la misma: ¿qué tienen los vinos naturales para haberse convertido en muy poco tiempo en sujeto de debate pasional y objeto de consumo cada vez más apreciado?

calderetas de cordero.Después de un fin de semana con Samuel Cano en su querida Mota del Cuervo, que se suma a las conversaciones con Benoît Valée y a muchas mantenidas en el correr de muy poco tiempo, confirmo que son las nuevas generaciones de productores y de consumidores las que pueden cambiar y están cambiando la cultura del vino.

Samuel es un hombre joven, apasionado y comprometido con la agricultura que samuelcanopractica y el vino que hace, que está logrando colocar a Mota del Cuervo en el mapa de vinos de España. Por eso puedes tirarte horas escuchándole hablar de los errores del pasado, de las correcciones del presente y de las esperanzas de futuro. Sabe que tiene que haber un verdadero relevo generacional para que pueda haber evolución y cambio en la cultura de gestión del vino.

Los productores de vino natural tienen en común con las generaciones más jóvenes una preocupación en general por el ambiente. Son cada vez más eco-conscientes y van cultivando sistemas de vida más sostenibles. Cuidan lo que comen y lo que beben; con qué se visten y en dónde viven; tienen en cuenta las fuentes de energía que usan y no confunden un proyecto sostenible con un huerto solar.

Volviendo a la pregunta del título, ¿quién quiere vino natural? Hay millones de personas ahí afuera leyéndose las etiquetas de todo lo que consume, conversándolo entre si y distribuyéndolo en la Red, más ajenos a las opiniones de los “expertos” y más atentos a sus pares, que ya están hablando y compartiendo vino natural. Y hay países como Noruega, en donde a partir del año 2011 el 15% de los vinos que se vendan deberán ser procedentes de agricultura ecológica.

¿Hay alguien ahí pensando en estas cosas?

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3 comentarios

  1. En buena hora llega este re – conocimiento a Samuel y su tarea de tantísimos años a esta parte. Es por cierto la confirmación del camino que ha emprendido con toda su familia, del que venimos nutriéndonos de resultados excelentes.
    Seguiremos con suma atención y asimismo, haciendo “algo” al respecto por aquí y desde la República Oriental, con el objetivo único de la amistad.
    Salud y Buen Vino,
    Ricardo

  2. La madre que os pario a los uruguayos, me vais a hacer sonrojar. Pero ahora en serio. La pregunta que haces Malena es muy muy buena. Es la pregunta que todos los productores de vino natural nos hacemos cuando empezamos a intentar vender nuestro producto, ya que la decisión de elaborar el vino de manera natural nos llega por otras cosas y no por el mercado, aunque este tarde o temprano se nos pone delante.

    Despues de conocer a Julian (Ruiz-Villanueva), Laureano, Loren, la PVN y a gente como vosotros, creo que si hay gente que quiere beber estos vinos, y como dice Juanma: “Bebamos buen vino primero y busquemos después el valor añadido de una agricultura sostenible”. Con lo cual tenemos que hacer buen vino primero si queremos que llegue al gran publico, aunque con mi experiencia (creo que poca aún) el buen vino, es más facil hacerlo de manera natural, que de manera más industrial. Al menos conseguiremos un vino más autentico y con “tensión” (Copiright Serres)

    Gracias a todos y hasta la proxima, en cuanto a ti Ricardito, me va a obligar a coger un avión, llenarlo de vinos naturales de toda España e irme un mes al rio de la Plata y ver que es lo que podemos hacer y sino al tiempo. Y ya de paso podiamos comprar algún viñedo de Tannat y empezar un proyecto en tu pais.

    Salud y buen vino.

  3. Hola Malena. Avido e impaciente estaba por volver a leer tus comentarios. Vaya como se esta poniendo esto de interesante.
    Bueno que salto desde la modernidad europea a la profundidad de la piel de toro.
    Es lo que tienen los viajes. Te permiten ver, oír, oler, saborear. Otras ideas, otras culturas. Confirmarnos que somos distintos, pero no diferentes.
    Y esto es lo que hace que en cada punto del planeta se aprecien estos vinos tan pasionales.
    Lo que ahora nos parece un descubrimiento. Es simplemente volver a los inicios.
    Nos extrañamos que pase con el vino, pero el regreso esta siendo más profundo.
    Te acuerdas cuando encontramos un tomate que sabe a lo que tiene que saber, o una fruta, una carne. Es algo que teníamos olvidado. Estaba latente.
    El consumidor necesita sensaciones nuevas. Estamos aburridos de tomar vinos correctamente elaborados, que no transmiten.
    Queremos disfrutar con vinos que sepan a su variedad, percibas su origen, donde el elaborador sepa mostrar el frescor y la suavidad de 13,5%. Vinos que te haga reflexionar, expresarte, compartir.
    La agricultura se entiende desde el campo. La transmisión de las tradiciones. Cultura.
    No queremos vinos para ranking, que se conozcan por el arquitecto que diseño la bodega. Donde paguemos el traje del bodeguero o su último modelo de coche. O los sensores controlados vía satélite, desde el otro punto del planeta.
    Todos conocemos los costes. A un elaborador y a otro le vale lo mismo la etiqueta, la botella, etc. Entonces por que esa diferencia de sabores y sobre todo de precios.
    Como dice la canción: “No estamos locos, sabemos lo que queremos”.
    Proseguiremos avanzando, mientras sigamos disfrutando, y contándolo.

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